“Visiones disruptivas de la educación”
Algunos comentarios, tras visionar el video de la charla-conferencia realizada en 2011, bajo del patrocinio de un operador multinacional de telecomunicaciones –TELEFÓNICA (o su Fundación), en la que fueron ponientes, MARÍA ACASO (rEDUvolución), OLIVIER SCHULBAUM (Banco Común de Conocimiento) y FELIPE GIL (Educación expandida)
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Unión Soviética. Moscú, 1954. Henri Cartier-Bresson |
Siendo extranjero, quizás no sea la persona idónea para hablar de las opciones lingüísticas. Pero mi primera extrañeza fue el título de la conferencia: incluye una palabra que, confieso, la primera vez que la oí fue en el máster de profesorado de la UAM: “disruptivo”. Aunque en los últimos meses, esta palabra sobrevoló diversas intervenciones y comentarios, y poco a poco se fue haciendo su sitio, principalmente en temas de indisciplina y conducta, verla repentinamente posada en la innovación educativa me causó alguna sorpresa. Por eso, abrí el diccionario de la RAE, tecleando las correspondientes letras en el buscador de google –tal y como lo haría un alumno de ESO – y me apareció una definición del tenor literal siguiente: “que produce ruptura brusca”. Sin más.
Algo desconcertado, abro entonces el María Moliner, en esta ocasión empleando el índice e indicador (un herramienta que no deja de ser digital, por tanto), y obtengo una definición parecida: una disrupción es efectivamente una “ruptura o interrupción brusca.”
Si los diccionarios están correctos, entonces no hay duda: el título de la conferencia quiere decir “visiones de la educación que producen una ruptura brusca o interrupción”. Pero, ¿será exactamente eso a lo que quieren referirse los conferenciantes? ¿De verdad que el acento está más en la ruptura o interrupción, que en la acción de innovar? Creo que si sustituimos la palabra más hermética (disruptivo) por su significado, el mensaje podría resultar, ahí sí, algo disruptivo. Y entonces, y solo en ese caso estoy de acuerdo, mejor mantenerla, que no serán demasiados los que la entiendan. Pero podríamos preguntarnos ¿es un mensaje eficaz? Claramente educativo? o por lo contrario, sigue referenciándose e insistiendo en las mismas ideas que se pretende combatir, la de un saber hermético y no compartido, una educación selectiva, con barreras, tras las cuales se protegen los que están sobre las tablas?
En este sentido, la intervención de FELIPE GIL (Educación expandida), no podría ser más afortunada. Tras las apresuradas presentaciones convencionales de sus antecesores, sacó del público un abucheo a ciegas –dejando en evidencia las relaciones de poder que se generan en las clases magistrales, y les (nos) explicó con actos, dominio espacial, presencia, emoción y creatividad, algunos de los aspectos que, tímidamente, se ensayaron en las anteriores ponencias.
Así, y mediante un discurso sensible, abierto –y por tanto fácilmente compartible- la última intervención permite reflexionar y complementar los análisis y propuestas de MARÍA ACASO (rEDUvolución): reclamando el pensamiento propio, combatiendo el aborrecimiento; desmitificando las clases magistrales (estoy de acurdo con María Acaso, para que estas clases funcionen el conferenciante tiene que ser realmente muy bueno); introduciendo referencias externas sin miedo,…y defendiendo los procesos felices.
Como lo explicó OLIVIER SCHULBAUM, pese a que la tecnología avance, se desarrolle y ofrezca un campo cada vez más amplio de posibilidades, las estructuras organizativas que se emplean actualmente, tanto en las empresas, como en la educación, siguen ancladas en modelos muy arcaicos, los mismos modelos de siempre, aquellos que se estructuran para mantener las relaciones de poder y autoridad. Incluso actualmente, cuando las redes virtuales nos permiten abrir hacia un campo bastante más amplio y horizontal, donde la participación de todos podría ser potenciada para la búsqueda del bien común, nos vemos de nuevo ante signos de inmovilismo. Como ejemplo, la propia elección del término “nuevas tecnologías”, parece insistir en lógicas comerciales y de producción, que al final, no son muy distintas de las viejas ideas contra las cuales se pretende luchar: las de un saber imposible de alcanzar y que nos imponen perseguir para que así podamos producir,…
Al final, y si queremos insistir en la palabra, vale: usemos pues disrupción! Pero no para actualizar la enseñanza a los últimos desarrollos de los medios; sino para que la educación deje de una vez por todas de obedecer a estas lógicas, y que sepa entrar en conflicto con las estas tendencias inmediatas, se rebele contra las “nuevas tecnologías “y que siempre quiera ser una “nueva educación”, un educación potente y regeneradora a la que las tecnologías intentarían en un futuro, perseguir.
Un último apunte: me he bajado la publicación de Zemos98 “Educación Expandida”, que aborda algunos temas que me parecen interesantes. Aquí dejo el link, para quien lo quiera coger:
Pedro: ¡¡ENHORABUENA!!! Tienes una mente clara, pensamiento agudo y estilo de expresión impecable. Hagas lo que hagas...por favor no dejes de escribir...eres genial. Tu comentario al vídeo me ha parecido el más original.Me ha gustado mucho.
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